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-No hagas esto Mimí soy el mismo de siempre, tu James tu protector.
-NO VUELVAS A LLAMARME ASÍ, Y TU NO ERES NADIE PARA MI NADIE ¿ESCUCHASTE? MORISTE EL DÍA QUE TUVISTE EL ACCIDENTE, ERES UN EXTRAÑO PARA MI ¿OISTE? NO VUELVAS A DIRIGIRME LA PALABRA SI NO ES POR COSAS SERIAS. Mía grito las palabras más temibles para James y luego salió corriendo del cuarto empujando a Emma que estaba por entrar.
-Llegue en un mal momento, vuelvo mas tarde- dije desde la puerta
-No no pasa necesito hablar con alguien- asenti, entre al cuarto y me sente junto a james en la cama.
-¿Qué paso? Mia no parecía muy contenta…
-No lo estaba, es mas creo que me odia ahora…más que antes- dijo James afligido
-No creo que te odie, se la notaba enojada nada mas… pero ¿qué fue lo que paso?- pregunte realmente intrigada, quería saber cómo era esa relación en realidad y además no toleraba ver mal a James… a pesar de que hace poco que lo conozco ya puedo sentirlo como un amigo… el único amigo que tengo en el instituto.
-Es una larga historia Emm-
-Tengo toda la noche- le dije tapándome los pies con la sabana y mirándolo con atención.
-La conozco a Mía desde niños, éramos los mejores amigos, hasta me decía que era una especie protector porque estaba ahí para ella siempre.
-¿Te gustaba no? Le pregunte despreocupada
-Si y mucho, estaba realmente enamorado de ella- dijo con la vos casi quebrada – Para esa época yo ya sabía lo de la huella y sabia donde estaba exactamente, solo tenía que ir a buscarla. Una noche de muchísimo calor estábamos con Mía acostados en el jardín de su casa , el cual era el único lugar donde corría aire cuando me llego un mensaje de mis padres, diciendo que hoy era la noche perfecta sin demonios para poder ir a buscar mi espada. Así que tome mis cuchillos y fui directamente a la casa de mis ancestros, que era donde se encontraba mi huella. Salí tan embalado de la casa de Mía que no me percate de que me seguía en silencio, quería saber que era lo que le estaba escondiendo. Cuando llegue a la casa mis padres no habían llegado así que decidí ir por mi cuenta. Camine rápidamente hasta el escritorio de mi padre buscando un botón secreto que el me había dicho que presione en caso de emergencia, cosa que nunca había entendido hasta ese día. Al presionarlo la parte de abajo del escritorio se desplego mostrándome mi hermosa espada era plateada realmente brillante con el mango recubierto en rojo. De repente escuche un ruido y vi que humo entraba por la habitación, tome la espada rápidamente y corrí hacia la puerta , en cuanto la abrí pude notar que toda la casa en llamas, había sido una trampa. Un demonio me había Hecho ir a la casa solo para poder matarme y quedarse con mi objeto y mostrar todo como un accidente. Ya no podía respirar el humo me estaba matando y hacia demasiado calor y tenía todas las salidas bloqueadas. Estaba haciendo un esfuerzo enorme para poder seguir respirando cuando caí casi vencido al piso sin más fuerza. En ese momento ví que alguien se acerco a mi así que me aferre a la espada con más fuerza, no iba a dejar que un demonio se lleve mi huella tan fácilmente. Pero cuando la imagen de esa persona que se acercaba se hacia nítida vi que era mi padre seguido de mi madre, los cuales desesperadamente buscaban la manera de que consiga fuerzas para ponerme en pie. Una vez que lo lograron mi padre me tomó fuertemente de los hombros y cara a cara me dijo -Sal de aquí escápate nosotros nos haremos cargo del demonio, cuida la espada y a Mía especialmente, ella es una elegida como tu y fue ella la que nos dijo que tú estabas aquí. Asentí firmemente les pedí que se cuiden y Salí de la casa por una salida secreta que mi madre me mostro.
Pude correr un par de kilómetros dejando la casa atrás hasta que mis piernas no pudieron mas y caí desmayado al piso.
Al otro día amanecí en un hospital donde Nathen se encontraba junto a mi cama con mi espada.
-¿Qué hacia Nathen ahí?- dije sorprendida al escuchar el nombre de nuestro tutor
-Me dijo que Mía estaba en peligro que debíamos protegerla por pedido de su familia la cual no quería que se enterara de los elegidos y que la única manera de hacerlo era que yo desapareciera de Idris ya que los demonios me buscarían algún día cuando se enteraran que seguía vivo, así que ahí fue donde surgió la idea de mi perdida de la memoria donde yo no la recordaba, ni sabia quien era ella ni el amor que le tenía y que la mejor opción era irme a vivir al instituto de nueva york con Nathen ya que mis padres no sobrevivieron al incendio.
-¿Tus padres murieron en la casa?
-Si, todo el mundo dice que fue por un accidente, pero yo sé muy bien que fue por los demonios.- Note la furia que tenía en la vos al decir esas palabras.
-A todo esto… ¿cómo llego Mía al instituto? Verdaderamente no entendía por qué si james tenía que desaparecer por pedido de los padres de Mía como podía ser que ellos mismos la manden al mismo instituto.
-Ahí fue cuando todo el plan se vino abajo… Mía estuvo portándose como una cazadora de sombras con mala conducta solo para poder venir a este instituto los padres no tuvieron más remedio que obedecer a las reglas de Idris y mandarla a nueva york.
- ¿Ahí fue cuando vos seguiste con tu rol de perdi la memoria no sé quien sos y me amo más que a nadie? Dije irónicamente
-Eh.. si y si me amo, todos deberían amarme- dijo James riendo
Volviendo al tema al que pregunte – Ahora que se bien la historia y en la posición que te encuentras… que tienes pensado hacer? Seguir con la farsa de no me acuerdo quien sos? ¿O ir a decirle toda la verdad? James me miro con cara de pocos amigos
-Ya sabe que mentí Emm… al decirle Mimí se dio cuenta… supongo que se me escapo… y supongo que ahora me odia porque conoce la verdad.. de todos modos nunca la voy a dejar sola siempre la voy a proteger…
-¿Pero Mimí no es como le dicen a todas las Mías? Pregunte curiosa
-A esta Mía en particular solo dos personas le decimos así, su padre y yo, por eso se dio cuenta. Suspiro -¿Puedo contar contigo Emma? Es decir..¿vas a protegerla a pesar de que te trate mal?
- No dudes eso siempre voy a estar para ayudarte y si eso implica proteger a Mía, lo voy a hacer, ahora necesito descansar… nos vemos mañana James. Dije parándome de la cama y dirigiéndome a la puerta. Cuando estaba por salir James dijo: -Gracias Emm es bueno contar contigo. Sonrió y apago la luz del velador.
Cerré la puerta del cuarto y me dirigí al mío justo cuando estaba por entrar Mía apareció para entrar a su cuarto que estaba al lado del mío.
-Veo que encontraste con quien divertirte un rato. Dijo con una sonrisa burlona –No te confíes James se aburre rápido. Agrego y luego entro al cuarto dejándome con bronca y con una cantidad de palabrotas en la boca.
El relato sigue en la habitación de Mason Blackstone.