Habitacion de Pam

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Nos acompañamos, Mia y yo, hasta nuestras respectivas habitaciones y nos despedimos.
Cerré la puerta tras de mi y no pude contener el saltito de emoción y alivio que sentí. Toda aquella tensión de estar en el lugar incorrecto se esfumo cuando extermine a esas asquerosidades con mis espadas gemelas. Luego de purificarlas las deje junto a el armario con mi estela y mi cuchillo serafín.
Apolo (para mi Chandy), estaba sentado cuan largo y fino era, mirándome con ojos inexpresivos mientras yo me desnudaba para ducharme.
Sali del baño mas renovada que antes, pero con sueño. Prepare la cama y me acomode a mi gusto. Justo cuando habia logrado semidormirme un griterio me devuelve la conciencia algo alterada, afloje los musculos al darme cuenta que se trataba de Mía y James. Miré a Apolo, tenía las orejas pegadas a la cabeza, notablemente disgustado.
—Parece que esos chicos pelean hasta en los sueños ¿No, Chandy?—le susurre mientras lo acariciaba para que se le aflojaran los musculos a el tambien, si habia algo que Apolo odiara era el ruido—Pero como dicen los mundis, los que se pelean se aman…y los que hablan con gatos, con gatos se quedan.
Me reí de mi misma mientras me volvía a acomodar y apagaba las luces. Mañana seria un nuevo día, si tenía suerte tal vez tan interesante como el de hoy, o más.
Cerre los ojos de inmediato cuando cesaron los gritos, con un último pensamiento bailandome en la cabeza, el nombre de Mason convertido en ecos, en los pasillos del tenebroso Hotel Dumort.


SIGUE EN LA HABITACIÓN DE DACON

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Corrí a mi habitación y cerré la puerta con todo, agarré mi ballesta ¿Deseaban que esperara? ¿Esperaría James si se tratara de Mía? ¿Esperaría Dacon si fuera Breena? No, claro que no, pero yo si debía esperar ¿No? A Pamela la tenia un demonio mayor, haciéndole quien sabe que cosas. No, no iba a acostarme a dormir mientras ella estuviera allá afuera…ella no me dejó en el Hotel Dumort.
Fuí hasta el armario para sacar mi huella y luego salí del cuarto armado y decidido, pasaría por sobre quien intentara detenerme fuera quien fuera.
Pasé por al lado de la recamara de James, luego la de Mía y me detuve en seco frente a la de Pam. La puerta estaba entreabierta así que entre con cuidado.
En la habitacion había ropa tirada por todos lados, la cama estaba desordenada y había cosas extendidas por sobre ella. Rei ante tal desorden, era típico de Pam.
Me acerque a la cama y tomé una foto que había sobre la almohada, en ella aparecíamos Saori, Roxanne, Pam y yo. Se notaba lo molesto que estaba por aparecer en una foto con mi hermana menor y sus tontas amigas, a Saori la conocía desde chico, pero Pamela Coldheart era nueva. Ese mismo día la había conocido, recuerdo que ya ni siquiera me preguntaba si alguna de las amigas de Roxanne dejarían de ser tan nerds e insípidas…tuve que tragarme mis pensamientos cuando hable con ella por primera vez, no era ni tonta, ni superficial ni rara, ella me escuchaba en silencio, se reia de mis chistes, me prestaba atención, y no intentaba tirárseme encima como otras. Poco a poco comenzamos a darnos cuenta que teníamos un par de gustos en común, como la música de los mundanos…, aun asi nunca la había visto mas alla de “la amiga de mi hermana, la única en un grupo de cerebritos que me cae bien” dos años me costó darme cuenta que ella sentía algo por mi, y cuando quise aclarar las cosas, ella ya se había ido, estaba aquí sembrando su desgracia.
Me senté en la cama preguntándome cuando fue el momento en el que me enamoré de esta jovencita insulsa y desordenada ¿Fue en el Hotel Dumort cuando la ví en el mar de rostros? ¿Fue en este preciso momento recordándola? ¿O acaso fue en el momento en el que hable por primera vez? “Duerme Mason” la oí susurrar en mi cabeza “me encontraras, duerme, necesito que seas fuerte”. Con esas palabras rondando en mi cabeza mi cuerpo se recostó en la cama de Pam, deje mi ballesta y mi huella en el suelo y me entregue a los brazos de Morfeo.
Mañana me dirigiré con el resto del grupo en tu búsqueda, y prometo por el Angel que volveré a traerte

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—Hazlo Mason—dije apretando su remera, al punto de estrujarla, me sentía sucia y no me podía sacar de la cabeza el rostro de aquel demonio, sabia perfectamente que de esta manera me distraería un poco, al menos por media hora.
—Bueno…—suspiro el no muy convencido, me traía entre sus brazos como si fuese un bebe—¿Estas lista?
—Creeme, nunca lo habia estado tanto
Mason asintió, me beso la frente y de un momento a otro me dejo caer en aquella gran bañera llena de agua caliente. Me hundí lo mas que pude mientras veía como el icor iba desprendiéndose de mis poros como la ponzoña que es. Alli abajo, con mis ojos cerrados, el único rostro que aparecia para calmar mi mente de todo el caos no era el de Mason exactamente…era el de Vlad.
Vlad me habia salvado, y habia logrado que yo conservara mi huella…
Abrí los ojos de golpe, el aire en mis pulmones era escaso pero no quería salir, Mason me miraba desde la superficie, me hablaba serio pero yo no lo oía.
Emergí, tosí un poco y lo mire consternada
—¿Decias algo?
Mason agacho la cabeza y luego me miro serio, preocupándome un poco
—Es… que la gente acostumbra a bañarse desnuda.
Abrí lo ojos de par en par mientras el sonreía picarescamente, le tire agua en la cara como respuesta.
—Eso te gustaría ¿no?—dije mientras le llenaba de jabón la camisa—¡De verdad! ¿Qué estabas diciendo?
Mason perdió la sonrisa y se sentó en el suelo mojado.
—¿Quieres hablar?
—No, pero no hay de otra—murmuré sentándome un poco como pude en la bañera, las ropas bailaban en el agua, como queriéndose escapar de mi cuerpo, no las culpo—El demonio que me atrapo, me llevo a un lugar, era como un subsuelo cavernoso, no lo se, me encadenó a una mesa de piedra, de esas en las que se ofrecen sacrificios…intentó sacarme la huella pero la mantuve conmigo sin importar nada.
—Que valiente—murmuró Mason tomándome de la mano, yo hice una mueca despectiva, odiaba que me dijeran que era valiente por algo que todos los cazadores de sombras harian, no era valentía era inercia…obligación, llámenlo como quieran.
—En un momento, no se porque el demonio se fue y llamo a sus “súbditos” a que me vigilaran.
— ¿Onis?— pregunto él, yo negué con la cabeza y lo mire a los ojos, no me iba a creer.
—Cazadores de sombras muertos, el demonio es un controlador de espiritus.
—¿¡Que!? p-pero eso es ¡es imposible!
—Todos estaban bajo su control, menos uno, tenia el pelo rubio oscuro y los ojos celestes, el me desencadeno y me mostró la salida, Vlad Rhowsen era su nombre.
—Hermano de Breena
—Si, le debo una explicación.
—Mañana, ahora te vas a dormir.
Me levanté y Mason lo hizo al unisono alcanzándome una toalla, caminé hasta mi cama y de repente sentí que algo no estaba bien, algo faltaba. Giré con desesperación y amague a correr, pero Mason me detuvo, como leyéndome la mente
—Crew se esta encargando de Apolo, lo mejor que puedes hacer por todos ahora es descansar y aclarar la mente ¿Quieres que me quede?
—No, así estoy bien, ve a descansar prometo dormir.
Mason me sonrio y salio lentamente de mi habitación.
—Buenas noches—dijo antes de alejarse.
No se si serán buenas.