Cazadores de Sombras Argentina
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 Charlas en la nave

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2 participantes
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Isabelle Lightwood
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Isabelle Lightwood


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Fecha de inscripción : 27/09/2011
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Nombre de personaje: Breena Rhowsen
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Habilidad: El látigo

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MensajeTema: Charlas en la nave   Charlas en la nave Icon_minitimeMar Nov 01, 2011 7:12 pm

10

Pam, James, Dacon, Mía y Breena llegaron a la nave del santuario, luego de una pelea en el Pandemonium, con los asquerosos demonios.
Los bancos estaban iluminados por la escasa luz que entraba desde los ventanales y el altar de mármol permanecía tan intacto y frío como siempre. Una brisa congelada rodeó el cuerpo de los cazadores de sombras y luego cerró la puerta de un golpe.
-Esto si que da miedo- Bufó irónicamente James, prendiendo la luz. Miles de velas artificiales, posadas en candelabros, se prendieron al mismo tiempo.
Dacon bostezó, estirando su brazo, el cual le pegó en la cara al otro muchacho.
-¡¿Qué haces?!- Dacon revoleó los ojos.
-Vamos, peleas con demonios y no eres capaz de soportar un simple golpe.
-Lo hiciste a propósito. Discúlpate, en este instante.
El amigo de Breena carcajeó.
-Si, seguro, Stark. Buenas noches- El chico le dio un beso en la mejilla a Breena y corrió escaleras arriba a su habitación.
-¡No! ¡Maldito!- Gritó James, persiguiendo a Dacon.
-Son dos idiotas.
-Es increíble que Dacon tenga diecisiete años.
-James no se queda atrás…- Acotó Pam. –De todas formas tengo muchísimo sueño. Me voy a dormir, chicas.
-Yo igual, pero subiré por el ascensor, no puedo dar un paso más- Mía se sacó los tacos y comenzó a caminar descalza hacia una esquina. Entró en las paredes del elevador y le hizo señas a las cazadoras para que vayan. Pam enseguida estuvo a su lado. -¿Qué esperas, Breena?
-No tengo sueño, me voy a quedar un poco acá.
Mía se encogió de hombros y cerró la puerta corrediza de rombos.
-Como quieras- Apretó un botón y en segundos las dos muchachas desparecieron de la vista de su compañera.
Breena suspiró y caminó, sin hacer mucho ruido, hacia el primer banco, dejándose tumbar en él. Miró hacia la gigantesca cruz que yacía colgada detrás del altar y cerró los ojos, dejando escapar una lágrima.
-No.
Ella se dio vuelta, Dacon estaba frente a sus ojos, arrugando un pañuelo en su puño izquierdo.
-Basta, Breena. Tú no tienes la culpa. Deja de lastimarte- Breena chasqueó la lengua con los dientes y miró hacia otro lado, ignorando por completo a su mejor amigo.
Dacon se rehusó a quedarase en silencio y se sentó a su lado, dejándole el pañuelo en su regazo.
-Te conozco hace cuatro años, fueron suficientes para confiar en ti, para que te convirtieras en la persona más importante que tengo. ¿Cómo puedes pensar que ellos, conociéndote toda una vida, no te creen? Por el ángel, linda, son tus padres.
Breena lo miró con lágrimas en los ojos.
-¡Es imposible que lo hagan! ¡Nadie lo hace!
-Porque ni siquiera se tomaron el tiempo de pensar las cosas con claridad.
-No tuvieron tiempo.
Dacon quiso desaparecer en ese instante. Los ojos de Breena no solo eran hermosos e impactantes por ser de un color verde brillante, si no porque todas, absolutamente todas sus emociones se reflejaban en ellos. Solo bastaba con una mirada para saber en el estado que se encontraba. Y ahora, paralizantes y dolidos, provocaban en el chico un dolor poco común, ya que ella no solo era una experta con su tercer brazo, también poseía ese “algo” instantáneo y al mismo tiempo poco natural que, de algún modo, le permitía poder dominar a la gente.
Obviamente él y ella nunca lo consideraron como un poder, si no como una cosa que estaba dentro de su personalidad.
-Lo siento- Su amigo desvió los ojos hacia su pecho, donde estaba la herida que le había hecho el demonio.
-Eso no se ve nada bien.
-Tuve cosas peores. ¿Dónde esta tu mazo?- Preguntó Breena, cambiando de tema.
-Lo deje en el cuarto… déjame…- Dacon apartó los pedazos de tela destrozada de la lastimadura y tanteó la zona. –No es muy profunda.
-No es grave, un poco de alcohol, gasas y medicamentos lo solucionaran- Dijo con voz ronca. –Voy a dormir, tú deberías hacer lo mismo…
-No, tú no te duermes hasta que yo te cure eso.
Breena respiró resignada, no podía seguir evitando la protección de Dacon, era algo inútil. Igualmente, toda esa sobreprotección que él le brindaba a ella, aunque no parezca, le encantaba.
-Vamos, en mi cuarto vi un botiquín.
Pero no fue mucho el tiempo que tardaron en pararse cuando escucharon un grito desgarrador en el piso de arriba.


(fin de situación el relato continua en Habitaciones tema:"Pasillos entre Habitaciones")
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Clary Fray
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MensajeTema: Re: Charlas en la nave   Charlas en la nave Icon_minitimeDom Mar 25, 2012 9:43 pm

52

Las jóvenes cazadoras llegaron al instituto luego de encontrar a Pam media moribunda y casi delirando. Ninguna de las tres cazadoras podía creer que el difunto hermano de Breena la había ayudado a escapar. Cuando le pidieron explicaciones Pam se desmayó dejándolas con varias preguntas en la boca. Dieron aviso a los demás que habían encontrado a Pam y que volvían al instituto cargándola, como eran cazadoras de sombras las ruinas de fuerza las ayudaban a cargar a la muchacha sin ningún problema. Cuando al fin llegaron al santuario soltaron a Pam en un par de cojines en el piso. Mía suspiro estaba exhausta de todo, tenía ganas de que le dieran un buen cocazo en la cabeza y estar en reposo unos buenos meses, sería como estar de vacaciones para un cazador de sombras.

-Bien ya no entiendo nada sinceramente estoy cansada de tanto misterio. Mía resoplo y apoyo la espalda en una de las columnas del santuario.
-Y yo... después de lo que dijo Pam, nose que pensar. Breena se agacho y tomo el pulso de Pam, al juzgar por su cara estaba demasiado ansiosa por saber la historia de su rescate y porque estaba su difunto hermano involucrado, la muchacha no veía la hora de que Pam volviera en si y contara todo con lujo de detalles.
La puerta del santuario se volvió a abrir de golpe y entro Mason corriendo, al segundo ya estaba sosteniendo a Pam en sus brazos.
-Pam Pam responde ¿Estas bien? . El chico sacudió un poco a Pam quien entreabrió los ojos y apenas sonrió.
-Oye esta débil dejala tranquila hombre vas a ahogarla. Comento irónicamente James
-Cállate idiota lo dices solo porque no es Mía la que esta desmayada. Comento Mason quien levanto a Pam en brazos y comenzó a caminar para el instituto. -Voy a curarla.
-Espera necesito que me aclare algo!. Protesto Breena. Mason se dio vuelta y fulmino con la mirada a Breena
-Realmente crees que puede explicar algo? Ni siquiera puede formular una palabra.
-Tiene razón Pam debe descansar luego podrá decirnos que es lo que paso. Comento Nathen quien recién llegaba al lugar. -Llevala a su habitación Mason, luego iré allí. Agrego.
-Pero... necesito.. Breena suspiro sabía que era en vano discutir por más curiosidad y ansiedad que tenía su compañera Pam debía descansar.
-Aconsejo que todos vayan a descansar, mañana les espera un día de instrucciones, su viaje comienza en dos días. Dijo Nathen peinándose el pelo y luego se retiró del santuario siguiendo a Mason.
-¿Qué es lo que paso? Pregunto Dacon inquieto.
-Parece que Vlad el hermano de Breena ayudo a Pam a escapar, pero...
-¿Pero el hermano de Breena no esta muero? James interrumpió a Mía.
-No seas tan directo idiota. Mía revoleo los ojos -Perdona Bree, sabes como es James y su sentido del tacto.
-Lo siento no quise..
-No importa tienes razón.. ni yo entiendo que sucedió, pero no quiero hablar de eso quiero descansar yo también. Breena enrollo su látigo y comenzó a caminar hacia el instituto.
-¿Quieres que te haga compañía esta noche preciosa? Dijo Dacon acercándose a ella.
-No, esta noche necesito estar sola. Dicho eso salió de la habitación casi corriendo. Dacon amago con seguirla pero Mía lo tomo del brazo
-Déjame esto a mi, créeme necesita del sexo femenino. Mía soltó a Dacon y siguió a su amiga, estaba casi segura que Breena al irse estaba llorando y de lo que Mía también estaba segura es que lo único que necesitaba Breena era de un abrazo y comprensión de una amiga.
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